24 junio 2025

Bula de Aceptación - Sacro Colegio Cardenalicio

 BULA DE ACEPTACIÓN


PAVLVS, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI

A los eminentísimos hermanos; Mons. Ulises, Card. Prevost; Mons. Jesús, Card. Ortíz; y Mons. Nicolás, Card. Quintero, y a todos aquellos que tomen conocimiento de estas letras, salud, paz y bendición apostólica.


En las sagradas escrituras, San Mateo nos muestra una frase que en la actualidad sigue resonando en nuestros corazones: “El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor” (Mt 20,26), es así, con estas palabras con las que el señor nos recuerda que toda autoridad dentro de la Iglesia no demuestra un dominio, sino que demuestra un mayor servicio. Nos demuestra que el privilegio se convierte en una entrega, nos demuestra que no es un ascenso, sino que es una demostración de una conversión mayor al ejemplo de Cristo, el mismo que se anonadó a sí mismo por el amor a toda su Iglesia (cf. Flp 2,7-8).

El Sacro Colegio de Cardenales se encuentra sumamente unido al sucesor del apóstol Pedro y cuenta con la valiosa tarea de asistirlo en el gobierno de la Iglesia universal, sobre todo en lo que hace referencia al discernimiento, la unidad de la Iglesia y la demostración a la fidelidad hacia Cristo. Siguiendo este contexto, el Decano de dicho Colegio ocupa un valioso lugar que cuenta con una particular responsabilidad: él será el primero entre todos los iguales, se convertirá en el promotor de la unidad entre sus hermanos, custodiará el espíritu de servicio y será la mayor garantía del vínculo de comunión con la Sede Apostólica.

Después de un largo periodo de trabajo, habiendo mi venerable hermano Nicolás, Card. Quintero cesado en su oficio como Decano, ha correspondido a los demás miembros del Sacro Colegio el elegir - siguiendo un espíritu de oración y comunión - a aquellos que asumirán los oficios de Decano, Vice-Decano y Secretario del Colegio de Cardenales, conforme a las disposiciones y tradición que la Santa madre Iglesia ofrece.

Me ha sido grato reconocer que mis hermanos cardenales en reciente fecha, después de haberse reunido siguiendo un espíritu de deliberación fraterna y formando un solo corazón, mis eminentísimos hermanos eligieron al venerable hermano Card. Prevost como Decano, al Venerable hermano Card. Ortíz y al Venerable hermano Card. Quintero como Secretario del Colegio de Cardenales.

Nos, consciente de la misión que me ha sido confiada como Pastor universal y sucesor del apóstol Pedro y animado por el deseo de confirmar a mis hermanos en la fe (cf. Lc 22,32) considero justo y oportuno el confirmar y aceptar dichas elecciones, las cuales son fruto de un discernimiento que fué guiado por el Espíritu Santo. 

Por tanto, nos, con la debida autoridad que el Señor me ha confiado y siguiendo en conformidad la praxis establecida, confirmo y acepto plenamente dichas elecciones y nombramientos, A mi Venerable hermano Mons. Ulises, Card. Prevost, asignándole, conforme a la tradición romana, el título cardenalicio de la Diócesis de Ostia; a mi Venerable hermano Mons. Jesús, Card. Miranda como Vice-Decano, y al Venerable hermano Mons. Nicolás, Card. Quintero como Secretario, otorgándoles a cada uno de ustedes todos los derechos, obligaciones y deberes que son inherentes a estos oficios de que simbolizan un mayor servicio dentro de la Iglesia.

San Gregorio Magno nos habla acerca de que "la dignidad sin la humildad no es más que un título vacío" (cf. Regula Pastoralis), y por tanto exhorto a cada uno de ustedes, hermanos, a abrazar este cargo con un espíritu de oración, de escucha y obediencia al querer del señor, permaneciendo siempre firmes en la caridad y siempre fieles a la unidad con el Sucesor de Pedro como vivas columnas de comunión y fidelidad.

Que, así como nos lo enseña el Concilio Vaticano II “los cardenales sean los principales colaboradores del Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal” (cf. Christus Dominus, 10), y reflejen en cada palabra que muestran el esplendo del Evangelio y la singular belleza de una Iglesia que sirve, que es orante y que es sinodal.

Invoco sobre cada uno de ustedes la maternal protección de la Santísima Virgen María, así como la intercesión de los Santos apóstoles Pedro y Pablo, para que, fortalecidos en la fe y revestidos con la sabiduría característica del Espíritu Santo, puedan ustedes ejercer con viva generosidad y prudencia los oficios que se les ha encomendado.

Dado de Roma, junto a San Pedro. a los veinticuatro (24) días del mes de junio del Año Santo de la Esperanza dos mil veinticinco (2025), primero de nuestro pontificado.


 Pavlvs Pp
Pontifex Maximvs