BENEDICTVS, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI
Queridos hermanos en Cristo,
Al iniciar este mes de septiembre, me dirijo a ustedes con un corazón lleno de esperanza y gratitud. En este mes tan significativo, nos preparamos para celebrar el 18 de septiembre, el segundo aniversario de la creación de la Comunidad Católica de Minecraft en Español. Este momento nos brinda la oportunidad para recordar la travesía que hemos compartido, repleta de acontecimientos tanto desafiantes como esperanzadores.
Desde su fundación, nuestra comunidad ha sido un espacio donde la fe y la tecnología se entrelazan en el mundo digital. Hemos erigido estructuras que son reflejo de nuestra devoción y, al mismo tiempo, hemos enfrentado adversidades que han puesto a prueba nuestra unidad y compromiso. A lo largo de estos dos años, hemos vivido momentos de conflicto y división, como ataques a nuestras edificaciones y cismas provocados por quienes, en lugar de guiar con amor y verdad, han optado por caminos que no conducen a la paz. Sin embargo, en medio de estas tribulaciones, recordemos las palabras del apóstol San Pablo: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”. (Rm 8:37) Este pasaje nos recuerda que, aunque enfrentemos dificultades, la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte siempre nos sostiene.
La historia de nuestra comunidad es un testimonio de la perseverancia en la fe, una fe que se refleja en cada acción que realizamos. A pesar de los sufrimientos y del abandono de algunos que han buscado sus propias ambiciones, continuamos avanzando, guiados por la luz de Cristo. La Resurrección nos asegura que, aunque la noche parezca oscura, la luz de Cristo siempre prevalecerá. Como nos enseña el Concilio Vaticano II en Lumen Gentium, todos los fieles están llamados a participar en la misión de la Iglesia, y cada uno de nosotros es un coedificador en esta obra divina.
A los clérigos y obispos de nuestra comunidad, les exhorto a no desmayar en su misión pastoral. Su labor es fundamental en este medio digital de evangelización. La tarea que tienen entre manos refleja el mandato que el Señor nos dejó: “Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones” (Mt 28:19). Les animo a vivir su ministerio con la pasión y el fervor que emanan del amor de Cristo, recordando siempre que “el pastor debe ser un ejemplo para el rebaño” (1 Pedro 5:3). Su compromiso y dedicación son esenciales para guiar a nuestra comunidad hacia un futuro lleno de esperanza y unidad.
En este contexto, quiero recordarles que el 18 de septiembre también será un día de gran importancia, ya que se llevará a cabo la apertura del Concilio Ecuménico Paulino. Este concilio es un llamado a la unidad, a la fraternidad y al fortalecimiento de los lazos que nos unen como comunidad. La unidad es un don que debemos buscar y cultivar, como se nos recuerda en Unitatis Redintegratio: “La unidad es un don de Dios que debemos implorar y que requiere nuestra colaboración”. En esta nueva etapa, unámonos en oración y acción para construir un futuro en el que todos nos sintamos parte del Cuerpo de Cristo, trabajando juntos para la edificación de su Reino.
Les invito a que, en este tiempo de celebración, intensifiquemos nuestras oraciones. La oración es el medio por el cual nos conectamos con el corazón de Dios y nos unimos en la misión que Él nos ha encomendado. Oremos para que nuestra comunidad siga dando frutos abundantes, para que cada uno de nosotros se convierta en un instrumento de paz y amor, y para que la gracia de Dios descienda sobre todos nosotros. Recordemos las palabras de Jesús: “Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se les concederá por mi Padre que está en los cielos” (Mt 18:19).
Queridos hermanos y hermanas, que esta nueva etapa que comenzamos nos lleve a profundizar en nuestra fe, a fortalecer nuestra comunidad y a ser verdaderos testigos del amor de Cristo en el mundo digital. Recen por mí, como yo rezo por ustedes. Que el amor de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, llene sus corazones y los guíe en su camino hacia la santidad.
Con afecto apostólico,