10 julio 2024

Audiencia General - Papa Benedicto

 




PAPA BENEDICTO

AUDIENCIA GENERAL

Aula Pablo VI
Miércoles, 10 de julio de 2024

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Sexta Catequesis sobre la Vocación

¡Queridos hermanos, buenas tardes! Estamos en la sexta catequesis sobre la serie de la vocación, y hoy hemos escuchado un evangelio un poco difícil de abordar. 

La lectura de Mateo 7, 15-20 nos enseña la importancia de discernir y reconocer a aquellos que se presentan como guías espirituales, ya que no todos vienen con buenas intenciones. Jesús nos advierte sobre los falsos profetas que se disfrazan de ovejas, pero en realidad son lobos rapaces. Es fundamental estar atentos a los frutos que producen, es decir, a sus acciones y enseñanzas, para poder discernir si provienen de Dios o no.

En el contexto de la vocación, esta lectura nos invita a reflexionar sobre la importancia de discernir nuestro llamado y buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas. Así como un árbol bueno da frutos buenos, nosotros también debemos procurar dar frutos positivos en nuestro caminar vocacional, sirviendo a los demás y viviendo de acuerdo con los valores del Evangelio.

El discernimiento vocacional implica escuchar la voz de Dios en nuestra vida, a través de la oración, la reflexión personal y el consejo espiritual. Es un proceso que requiere humildad, paciencia y apertura para descubrir cuál es la vocación a la que Dios nos llama, ya sea al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada o a cualquier otra forma de servicio en la Iglesia.

Cuidar a la Iglesia implica comprometernos con su misión de llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo, promoviendo la justicia, la paz y la solidaridad. Debemos estar dispuestos a servir a los demás, especialmente a los más necesitados, siguiendo el ejemplo de Jesús que vino a servir y no a ser servido.

Buscar la unidad en la Iglesia es otro aspecto fundamental de nuestra vocación como cristianos. Debemos trabajar por la reconciliación y la fraternidad, superando divisiones y conflictos, y promoviendo la comunión entre todos los miembros del Cuerpo de Cristo.

En cuanto a las enseñanzas eclesiásticas, es importante formarnos en la fe, conocer la doctrina de la Iglesia y vivir de acuerdo con ella. Las enseñanzas de la Iglesia nos orientan en nuestro camino de fe y nos ayudan a crecer espiritualmente, fortaleciendo nuestra relación con Dios y con los demás.

En resumen, la lectura de Mateo 7, 15-20 nos invita a reflexionar sobre la importancia del discernimiento en nuestra vocación, el cuidado de la Iglesia, la búsqueda de la unidad y la adhesión a las enseñanzas eclesiásticas.

Es importante recordar que el discernimiento vocacional es un proceso continuo a lo largo de toda nuestra vida. No se limita únicamente a la elección de una vocación específica, como el matrimonio o el sacerdocio, sino que implica discernir día a día cómo podemos servir a Dios y a los demás en cada momento y circunstancia.

El llamado de Dios puede manifestarse de diversas maneras a lo largo de nuestra vida, a través de encuentros, experiencias, personas y situaciones que nos invitan a crecer en nuestro camino de fe y servicio. Es fundamental estar abiertos a la acción del Espíritu Santo, que nos guía y fortalece en nuestro discernimiento vocacional.

Cuidar a la Iglesia no solo implica preocuparnos por su estructura institucional, sino también por su dimensión espiritual y comunitaria. Debemos ser testigos del amor de Dios en el mundo, promoviendo la reconciliación, la justicia y la solidaridad entre todos los miembros de la Iglesia y con toda la humanidad.

Buscar la unidad en la Iglesia es un desafío constante, especialmente en un mundo marcado por divisiones y conflictos. Debemos trabajar juntos como hermanos y hermanas en Cristo, superando diferencias y promoviendo la comunión en la diversidad, reconociendo que somos parte de un mismo Cuerpo que es Cristo.

En cuanto a las enseñanzas eclesiásticas, es importante recordar que la Iglesia nos ofrece una guía segura en nuestro camino de fe, basada en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio. Debemos acoger estas enseñanzas con humildad y docilidad, reconociendo en ellas la voz de Dios que nos orienta y nutre en nuestra vida espiritual.

En conclusión, la vocación es un regalo de Dios que debemos acoger con gratitud y responsabilidad, buscando siempre hacer su voluntad en todo momento. Que la lectura de Mateo 7, 15-20 nos inspire a ser auténticos discípulos de Jesús, dando frutos de amor, paz y esperanza en un mundo que tanto lo necesita. Que nuestra vocación sea un testimonio vivo del Evangelio, reflejando la luz de Cristo en medio de las tinieblas. ¡Que así sea!

 Benedictus Pp
Pontifex Maximvs