PAPA BENEDICTO
AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI
Miércoles, 5 de junio de 2024
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Tercera Catequesis sobre la Vocación
Queridos hermanos y hermanas en la fe, ¡Buenas tardes! Estamos en la tercera catequesis sobre la vocación para reflexionar acerca de la vocación a la luz del relato de Samuel, un joven que recibió el llamado de Dios en medio de la oscuridad espiritual de su época. En este pasaje del primer libro de Samuel, podemos extraer diversas enseñanzas que nos ayudarán a discernir nuestra propia vocación en la vida.
En primer lugar, observamos cómo Samuel servía fielmente a Yahveh bajo la dirección de Elí, a pesar de que en ese tiempo escaseaba la palabra de Dios y las visiones eran poco comunes. Esto nos enseña sobre la importancia de la fidelidad y la constancia en nuestro servicio a Dios, incluso en momentos de aparente sequedad espiritual.
El relato también resalta la relevancia de estar alerta a la voz de Dios, la cual puede manifestarse de maneras inesperadas. Inicialmente, Samuel no reconoció la voz de Yahveh y creyó que era Elí quien lo llamaba. No obstante, con la orientación de su mentor, aprendió a discernir la voz de Dios y a responder con prontitud y humildad.
La historia de Samuel nos recuerda asimismo la importancia de la obediencia y la disposición para responder al llamado de Dios. A pesar de las dudas iniciales de Samuel y las dificultades que enfrentaría al comunicar la palabra de Dios a Elí, él demostró obediencia y disposición para cumplir con la voluntad del Altísimo.
Además, el pasaje revela que el llamado de Dios puede implicar confrontar la injusticia y denunciar la iniquidad. Samuel recibió un mensaje contundente para Elí y su familia, anunciando la condena divina por los pecados cometidos. Esto nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad como seguidores de Cristo de confrontar el mal y promover la justicia en nuestro entorno.
En nuestra reflexión sobre la vocación a partir del relato de Samuel, podemos aprender que el discernimiento de la vocación requiere de paciencia y humildad en nuestra relación con Dios. Así como Samuel necesitó la guía de Elí para comprender el llamado de Dios, nosotros también debemos estar abiertos a recibir orientación y consejo en nuestro camino de discernimiento.
Además, la historia de Samuel nos enseña que el llamado de Dios puede venir en momentos inesperados y a través de circunstancias que pueden parecer ordinarias. Por lo tanto, es fundamental que estemos atentos y receptivos a la voz de Dios en todas las áreas de nuestra vida, ya que su llamado puede manifestarse de maneras diversas.
Asimismo, el relato de Samuel nos recuerda que la vocación no solo se trata de un llamado personal, sino que también implica un compromiso con la comunidad y la misión de Dios en el mundo. Samuel fue llamado a ser profeta no solo para su propio beneficio, sino para llevar la palabra de Dios al pueblo de Israel y confrontar las injusticias de su tiempo.
En este sentido, cada uno de nosotros está llamado a discernir cómo podemos contribuir al plan de Dios para la salvación y la transformación del mundo. Ya sea a través del ministerio pastoral, la educación, la atención a los más necesitados, o cualquier otra forma de servicio, cada uno tiene un papel importante en la obra redentora de Dios en la tierra.
Por lo tanto, queridos hermanos y hermanas, los invito a reflexionar en profundidad sobre la vocación en sus vidas, a buscar la guía del Espíritu Santo en el discernimiento de su llamado y a estar dispuestos a responder con generosidad y valentía al plan que Dios tiene para cada uno de ustedes.
Finalmente, la historia de Samuel nos muestra que la fidelidad a Dios resulta en bendiciones y en la continua presencia de su Espíritu en nuestras vidas. Samuel fue reconocido como profeta de Yahveh y su mensaje no cayó en el vacío, demostrando que aquellos que siguen fielmente el llamado de Dios serán fortalecidos y capacitados para llevar a cabo su obra en el mundo.
En resumen, amados hermanos y hermanas, que la experiencia de Samuel nos inspire a escuchar atentamente la voz de Dios, a ser fieles en nuestro servicio, obedientes a su llamado y valientes en la denuncia del mal. Que podamos discernir nuestra vocación con sabiduría y humildad, confiando en que aquel que nos llama es fiel para cumplir su propósito en nosotros. Que la gracia de Dios nos acompañe en este camino de discernimiento y que podamos ser instrumentos de su amor y justicia en el mundo. Amén.