GREGORIVM, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI
Nosotros, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, en virtud de nuestra autoridad apostólica y guiados por el Espíritu Santo, hacemos público el siguiente decreto:
Considerando los dones excepcionales y la profunda devoción demostrada por el ilustre y piadoso Juan Diego, y reconociendo su destacada contribución a la fe católica y su amor inquebrantable hacia Cristo y su Iglesia, hemos decidido otorgarle póstumamente el título de Papa Magno.
Juan Diego, cuyo legado ha trascendido el tiempo y el espacio, fue un ejemplo de fidelidad y humildad en su vida y en su servicio a la Iglesia. Su testimonio de fe y su profundo encuentro con la Virgen María en Guadalupe han dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia y en el corazón de los fieles.
En virtud de su nombramiento como Papa Magno, honramos la vida y el legado de Juan Diego, elevándolo a una posición de honor en la historia de la Iglesia Católica. Reconocemos su papel como testigo y mensajero de la fe, y como un faro de esperanza para todos los creyentes.
Aunque Juan Diego ya no esté presente entre nosotros, su vida y sus enseñanzas siguen siendo una inspiración para millones de personas en todo el mundo. Su amor por Cristo y su dedicación a la Iglesia continúan guiando a los fieles en su camino de fe y en su búsqueda de la santidad.
Instamos a todos los fieles de la Iglesia Católica a recordar y celebrar la vida y el legado del Papa Juan Diego, ahora Papa Magno, y a seguir su ejemplo de amor por Cristo y servicio a la Iglesia. Que su memoria sea
una fuente de inspiración y bendición para todos nosotros, y que su intercesión nos fortalezca en nuestra fe y nos guíe en nuestro camino hacia la santidad.
Dado en Roma, en el Vaticano, en el día 18 de septiembre del año del Señor 2023, primero de nuestro pontificado, bajo nuestro sello y firmado en nuestro nombre.