GREGORIVM, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI
A todos los fieles de la Arquidiócesis de Santa María de Guadalupe y a todos aquellos a quienes llegue esta Bula, gracia y paz en el Señor Jesucristo.
Habiéndose presentado ante Nos la solicitud de renuncia al cargo de Arzobispo de la Arquidiócesis de Santa María de Guadalupe, presentada por nuestro querido hermano en Cristo, Monseñor Fernando Cardenal Tovar, después de un tiempo de reflexión y discernimiento, hemos considerado su petición con cuidado y oración.
Reconociendo la dedicación y el servicio ejemplar de Monseñor Fernando Tovar a la Arquidiócesis de Santa María de Guadalupe, así como su constante amor y fidelidad a la Iglesia, hemos decidido, tras una consulta y discernimiento profundo, aceptar su renuncia al cargo de Arzobispo de dicha Arquidiócesis.
Agradecemos sinceramente a Monseñor Fernando Tovar por su incansable trabajo y su compromiso con el rebaño que se le encomendó. Su labor pastoral y su dedicación a la propagación del Evangelio han dejado una huella duradera en la comunidad de fieles a la que ha servido con amor y devoción.
Deseamos expresar nuestro profundo agradecimiento a Monseñor Fernando Tovar por su colaboración y servicio durante su tiempo como Arzobispo. Reconocemos sus esfuerzos incansables para guiar y cuidar a los fieles de la Arquidiócesis de Santa María de Guadalupe, y rogamos a Dios que le bendiga abundantemente en su camino futuro.
Por lo tanto, de acuerdo con la voluntad de Dios y con la potestad apostólica que Nos ha sido conferida, aceptamos la renuncia presentada por Monseñor Fernando Tovar al cargo de Arzobispo de la Arquidiócesis de Santa María de Guadalupe, concediendo su petición con gratitud y respeto.
Dado en Roma, en el Palacio Apostólico, al día trece del mes de agosto del año del Señor dos mil veintitrés, primero de nuestro Pontificado.