— 2025 —
MISA CONCELEBRADA
242. Una vez iniciada la Misa, no se admite a nadie más a la concelebración.
243. Si en una Misa concelebrada no hay diáconos, uno o más concelebrantes desempeñan sus funciones. Si no hay otros ministros presentes, las partes que les corresponden pueden ser asumidas por fieles idóneos o bien por algunos de los concelebrantes.
244. Los concelebrantes pueden prescindir de la casulla. Sin embargo, deben llevar siempre el alba y la estola.
245. A los obispos no les está permitido concelebrar con presbíteros.
RITOS INICIALES
246. En la celebración, los concelebrantes tienen sus respectivas funciones. Entran en la procesión de entrada, precediendo al celebrante principal, besan el altar y ocupan sus lugares.
LITURGIA DE LA PALABRA
247. Cuando preside un obispo, el presbítero que proclame el Evangelio en ausencia del diácono le pide y recibe su bendición. Esto no ocurre en la concelebración presidida por un presbítero.
248. Cuando un obispo proclama el Evangelio, nunca pide la bendición, excepto si el celebrante principal es el Romano Pontífice.
249. La homilía es pronunciada por el celebrante principal o por uno de los concelebrantes. Tiene prioridad en la homilía quien ocupa un rango superior en la jerarquía eclesiástica.
LITURGIA EUCARÍSTICA
250. Los concelebrantes se acercan al altar al inicio del canto del sanctus.
251. En todas las plegarias eucarísticas, los concelebrantes dicen junto con el celebrante principal, pero en voz baja, la invocación del Espíritu Santo, extendiendo las manos junto con él.
252. Del mismo modo, en la narración de la institución, los concelebrantes pronuncian las palabras en voz baja, con la mano extendida.
253. Las dos oraciones que siguen a la narración de la institución son dichas por todos los concelebrantes en voz baja y con los brazos abiertos.
254. En la Oración Eucarística I, los concelebrantes se inclinan junto con el celebrante y trazan la señal de la cruz sobre sí mismos cuando está prescrito. De igual manera, todos se golpean el pecho.
255. Todas las oraciones eucarísticas contienen las indicaciones CC1, CC2, CC3, CC4 que señalan cuál de los concelebrantes debe realizar una determinada intercesión, solo y con los brazos abiertos. Si solo hay un concelebrante, puede realizar todas las intercesiones asignadas a los concelebrantes.
256. Todos los concelebrantes dicen en voz baja la doxología final.
257. En ausencia del diácono, uno de los concelebrantes invita al pueblo a darse la paz, según la indicación del celebrante principal.
COMUNIÓN
258. Terminada la fracción del pan, el celebrante principal se aparta un poco, y todos los concelebrantes se acercan al centro del altar, hacen una genuflexión y toman una fracción de la hostia en la mano. También puede pasarse la patena de lado, y uno a uno los concelebrantes toman una fracción de la hostia y la sostienen en sus manos, sin elevarla.
259. El celebrante principal eleva la hostia y, debajo de ella, la patena. Luego, dice el Cordero de Dios, al que el pueblo responde. Tras la respuesta, dice en voz baja la oración y comulga la hostia. Después de que él haya comulgado, todos los concelebrantes también comulgan.
260. Luego, el celebrante principal dice en voz baja la oración, comulga del cáliz y se retira para distribuir la comunión al pueblo. Los concelebrantes, de uno en uno, o de dos en dos si hay varios cálices, se acercan, hacen una genuflexión y consumen del cáliz, retornando a sus lugares. También puede pasarse el cáliz a cada concelebrante que esté de pie en su lugar, en vez de comulgar del cáliz en el altar.
261. Los concelebrantes también pueden comulgar por intinción. El celebrante principal toma el Cuerpo y la Sangre del Señor de la forma habitual, asegurándose de dejar en el cáliz lo suficiente para la comunión de los concelebrantes. Uno a uno, los concelebrantes se acercan al altar, hacen una genuflexión, toman la hostia, la sumergen parcialmente en el cáliz y comulgan. Luego, regresan a sus lugares iniciales.
262. Si no hay diácono ni acólito instituido, uno de los concelebrantes realiza las purificaciones.
RITOS DE CONCLUSIÓN
263. Los concelebrantes no besan el altar al salir, sino que simplemente hacen una reverencia ante él.
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