— 2025 —


 OBJETOS LITÚRGICOS

LA MATERIA

77. La materia de la celebración eucarística está compuesta por el pan sin levadura y el vino.

78. La representación de estas materias y otros objetos se da a través de algunos elementos, adaptados a nuestra realidad.

LAS ALFAIAS

79. Lamentablemente, no hay una representación exacta de las alfaias litúrgicas en nuestra realidad, pero estas nunca deben dejar de ser consideradas en las formaciones:
a) El purificador se utiliza para limpiar el cáliz antes de la deposición del vino en el ofertorio, para que el presidente purifique sus dedos cada vez que toca la sagrada hostia, para secar el cáliz después de la purificación y para limpiar los labios de quienes comulgan del cáliz.
b) La palia permanece sobre el cáliz durante toda la Plegaria Eucarística, evitando que caigan impurezas dentro de él. Se coloca sobre el cáliz después de ser ofrecido en el ofertorio, puede retirarse para la epíclesis, debe retirarse durante la consagración del vino y colocarse nuevamente después de la consagración, en cuanto el sacerdote lo deposita sobre el altar. También se retira en la doxología y se vuelve a colocar al final de la misma. Además, se retira al inicio de la fracción del pan. Ordinariamente, el diácono debe estar al lado del celebrante para retirar y colocar la palia en los momentos adecuados.
c) El corporal se utiliza para colocar sobre él el pan y el vino destinados a la Eucaristía, evitando que alguna partícula caiga sobre el mantel del altar. Se extiende en el ofertorio y se dobla después de la comunión, al finalizar las purificaciones.
d) El cáliz puede estar cubierto con un velo mientras permanece en la credencia. El velo del cáliz se retira en el ofertorio y puede volver a colocarse después de la purificación.

LOS LIBROS

80. En las solemnidades, fiestas y domingos, así como en ordenaciones y misas festivas, puede usarse el Libro de los Evangelios (Evangeliario), según la decisión del presidente de la celebración. Antes del Evangelio, permanece sobre el altar, y después del Evangelio, se deja en el ambón (excepto en ordenaciones diaconales y episcopales, y en misas presididas por el Obispo, en cuyo caso lo besa y se coloca nuevamente sobre el altar).

81. Además, sobre el altar o en el atril, se utiliza el Misal Romano. Este puede ser sostenido por un acólito o por el diácono durante las oraciones realizadas en la sede presidencial. Del mismo modo, el leccionario permanece en el ambón, excepto cuando es reemplazado por el Evangeliario para la proclamación del Evangelio.