28 julio 2025

Decreto Papal | Cardenal VIllarreal emérito



PAVLVS, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI



A todos aquellos que lean este decreto, les deseo salud, paz y bendición apostólica.

«Feliz aquel siervo a quien su señor, al llegar, lo encuentre cumpliendo su deber» (Mt 24,46). Así nos enseña el Señor en el Evangelio, recordándonos que la fidelidad y el servicio perseverante son dones preciosos a los ojos de Dios y signo de una vida gastada por amor al rebaño confiado.

La Iglesia, que reconoce con gratitud a quienes, en el curso de su peregrinación terrena, han entregado sus días, sus palabras y sus silencios al anuncio del Evangelio y al gobierno del pueblo de Dios, no puede sino rendir honor a los pastores que, tras un largo ministerio, concluyen con paz su servicio activo, sin cesar por ello en su entrega espiritual ni en su amor a la Esposa de Cristo.

Entre estos pastores dignos de alabanza se encuentra el Emmo. Sr. Card. Mons Mariano Villarreal, cardenal de la Santa Iglesia romana, quien ha desempeñado con admirable solicitud, rectitud y entrega, su misión como arcipreste de la basílica papal de Santa María la mayor en este entorno virtual, así como en múltiples oficios al servicio de la Iglesia universal y particular, contribuyendo con sabiduría, humildad y espíritu de comunión.

Habiendo, por tanto, presentado libre y responsablemente su solicitud de retiro de los deberes de gobierno activo, y después de haberla considerado con benevolencia paternal y espíritu de oración, hemos juzgado justo y oportuno aceptar tal petición.


1. Por este Decreto Apostólico, y en virtud de nuestra suprema autoridad pastoral, decretamos y aceptamos el retiro del Emmo. Sr. Cardenal Mariano Villarreal al oficio de Nuncio Apostólico, así como a cualquier otro encargo de gobierno activo que le haya sido confiado, conferiéndole el título de Emérito de dicho cargo.

2. Reconocemos y agradecemos públicamente los años de fecundo ministerio ejercido por el Sr. Cardenal, quien ha sabido ser padre, hermano y pastor del pueblo de Dios, tanto en la Iglesia local como en la Santa Sede, dejando una huella de profunda fe, caridad activa y fidelidad eclesial.

3. A partir de la publicación de este decreto, el Emmo. Sr. Cardenal Mariano Villarreal conservará todos los derechos, prerrogativas y honores inherentes a la dignidad cardenalicia, en conformidad con las disposiciones del derecho canónico y la tradición de la Iglesia. Sin embargo, cesa en todas las obligaciones vinculadas a oficios de gobierno, administración o representación institucional de la Santa Sede y de cualquier entidad eclesial. Del mismo modo, y atendiendo a la plenitud de su retiro del servicio activo, el Emmo. Sr. Cardenal no podrá participar en calidad de elector en un eventual Cónclave para la elección del Romano Pontífice, permaneciendo, no obstante, como miembro del Sacro Colegio Cardenalicio con voz consultiva, cuando así se le requiera, y como testimonio vivo de fidelidad a la Iglesia y al Sucesor de Pedro.

4. Le exhortamos, como Pastor emérito, a seguir ofreciendo su oración, su sabiduría y su experiencia como don para la Iglesia, especialmente en el acompañamiento espiritual de los fieles y en el testimonio sereno de quien ha caminado largo tiempo con el Señor.

5. Que su emeritización sea signo de gratitud eclesial y también de esperanza, pues en la vida consagrada al Evangelio nunca se deja de servir: solo se transforma el modo de hacerlo. Como nos recuerda el apóstol san Pablo: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he conservado la fe” (2 Tim 4,7).

6. Encomendamos su persona y su ministerio al amparo maternal de la Virgen del Carmen, bajo cuya advocación ha ejercido gran parte de su vida pastoral, y rogamos al Señor que lo colme de paz y alegría espiritual en esta nueva etapa de su camino.

Dado en Roma, en Letrán, a los veintiocho días del mes de julio del año Santo de la Esperanza dos mil veinticinco, primero de nuestro pontificado.

 Pavlvs Pp
Pontifex Maximvs

Et ego,

 Mons. Ulises, Card. Vargas
Decano del Sacro Colegio de Cardenales.