23 julio 2025

Bula Papal | Cámara Apostólica


PAVLVS, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI



A todos mis amados hijos, comunidad peregrina en Minecraft  y aquellos que lean esto, les deseo salud, paz y bendición apostólica.


PREÁMBULO 
INTRODUCCIÓN

I. Sobre la fidelidad de la Iglesia durante el tiempo de silencio.

Al contemplar la historia de la salvación, observamos que los tiempos de esperan y silencio, fueron, a menudo, escenarios donde el Santo Espíritu obró con gran fuerza y discreción, del mismo modo ocurre cuando la Sede Apostólica se encuentra vacante. La Iglesia, vista como esposa fiel, no detiene su misión a pesar de la sede vacante, al contrario, persevera en la fe, siendo sostenida por aquella promesa de nuestro señor al decirnos que hasta el fin del mundo y durante todos los días, él estará con nosotros (cf. Mt 28,20)

La iglesia nunca camina sin un guía ni su vida se mantiene suspendida. En cada etapa que atraviesa, incluso en aquellas que se consideran de máxima delicadez, la divina providencia dispone los distintos instrumentos que mantienen custodiada su unidad, cuidan sus bienes y preparan con sabiduría la llegada del nuevo sucesor del apóstol Pedro.

Por tanto, habiendo sido inspirado por la majestuosa tradición siendo sostenido por las diversas normas canónicas -especialmente lo dispuesto por la Constitución Apostólica Universi Domini Gregis-, he juzgado conforme a mi conciencia pastoral, la necesidad de instituir y conformar la Cámara Apostólica como órgano encargado de custodiar con fidelidad, administrar con justicia y sostener encarecidamente los bienes temporales de la Santa Sede en este periodo de particular sensibilidad.

II. Sobre la sagrada misión de la cámara apostólica

La cámara apostólica va más allá de una instancia únicamente administrativa, es una expresión de vigilante amor de la Iglesia por sí misma. Su misión, la cuál fue confiada desde antiguo, es servir como un puente de unidad entre el gobierno ordinario del Romano Pontífice y el gobierno futuro que el Santo Espíritu suscitará en la persona del nuevo papa.

Es durante este periodo de vigilancia espiritual en el que los ministros de la cámara apostólica no sólo custodian los diversos tesoros materiales, sino que, como siervos atentos del evangelio, velan por el orden, la transparencia y la perseverancia de la misión apostólica. Son vistos como el mayordomo fiel del que habla el señor al decir: “¿Quién es el administrador fiel y prudente, a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para repartir la ración de alimento a su debido tiempo?” (Lc 12,42).

Es por esto que, esta ardua tarea, requiere de una reconocida virtud y destaca oración al no tratarse simplemente de administrar bienes humanos sino de ser servidores del Evangelio en lo temporal y actuar en nombre de la Santa Madre Iglesia a la espera de la voz que de nueva cuenta apacentará al rebaño del Señor (cf. Jn 21,17).

III. Sobre los nombramientos durante este tiempo de servicio

Al haber contemplado la magnitud de la misión y después de un periodo de discernimiento en el que he invocado al Espíritu Santo, son NOMBRADOS como servidores de la cámara apostólica los siguientes hijos de la Iglesia a quienes les he de confiar con plena fe esta responsabilidad de carácter sagrado:

Camarlengo de la Santa Iglesia Romana:

Su Eminencia, Cardenal Kevin Miranda, visible pastor fervoroso, reconocido hombre de conciencia recta y de una probado amor por la Iglesia, a quien he de confiar la altísima misión de presidir esta cámara apostólica durante la vacancia del pontificado, para que, manteniendo un celo evangélico y sabiduría humana, ejerza sin impedimento todo aquello que le ha de competer 

Vice-Camarlengo:

Su Eminencia, Cardenal Nahím Ruíz, un diligente servidor que ha demostrado mantener firme la caridad y la prudencia en el gobierno, así mismo es llamado a asistir al camarlengo en el ejercicio de sus diversas funciones y, en caso de ser necesario, a sustituirlo conforme al sagrado derecho. 

 Auxiliares de la cámara apostólica:

 Su excelencia, Monseñor Sebastián Merino, un hombre de reconocida entrega pastoral, firme en la doctrina y siempre atento a las necesidades del pueblo de Dios.

El reverendo presbítero Gabriel Andrade, un celoso y humilde sacerdote quien ha sido formado en el espíritu del Buen Pastor y ha demostrado tener la mirada clara y el corazón lleno de fidelidad.

A cada uno de ustedes les confío con un paternal afecto y manteniendo firme mi esperanza, el cuidado de todo aquello que pertenece a Dios, sabiendo que cada uno ha de procurar ser siempre encontrado como un hombre fiel en todo lo que se le ha confiado (cf. 1 Co 4,2)

IV. Exhortación final y bendición apostólica

Mis amados hermanos a quienes la Iglesia hoy les ha confiado este ministerio durante el tiempo de espera y sigilo, recuerden que su labor es también una forma de adoración al custodiar los bienes de la Iglesia y así, honrar el sacrificio de los santos apóstoles. Sean, por tanto, fieles peregrinos y testigos de la esperanza, constructores de la unidad y sabios dispensadores de lo que, aunque no les pertenezca, se les ha sido confiado para el bien de toda nuestra comunidad.

Invoco sobre cada uno de ustedes la intercesión de la bienaventurada Virgen María, madre de la iglesia, el amparo del glorioso patriarca san José, hombre custodio del redentor y el auxilio del Apóstol Pedro, cuya voz y autoridad siguen resonando en la Iglesia de Cristo.

Y he de declarar que todo cuanto aquí ha sido establecido, ha de ser tenido por firme, legítimo y eficaz, no obstante de cualquier disposición contraria aunque mereciera una particular mención 

Y declaramos que todo cuanto aquí establecemos ha de ser tenido por firme, legítimo y eficaz, no obstante cualquier disposición contraria, aunque mereciera particular mención.


 Pavlvs Pp
Pontifex Maximvs