02 junio 2025

MISA PARA LA ELECCIÓN DE UN NUEVO PAPA

 
___________________________

MISA PARA LA ELECCIÓN DE UN PAPA

ANTÍFONA DE ENTRADA
(Cf.  1 Sam 2, 35)

Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón, dice el Señor. Y edificaré para él una casa duradera, y caminará en mi presencia todos los días de su vida.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA

Padre y Pastor eterno, que gobiernas y proteges siempre a tu Iglesia, concédele, en tu infinita bondad, un pastor que te agrade por su santidad y que nos guíe y acompañe con paternal solicitud.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

El Señor me ha ungido y me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren y derramar sobre ellos perfume de fiesta

Lectura del libro de Isaías: 
(61, 1-3a. 6a. 8b-9)

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios, para consolar a los afligidos, los afligidos de Sión; para cambiar su ceniza en corona, su traje de luto en perfume de fiesta, su abatimiento en cánticos.

SALMO RESPONSORIAL 
Sal 88, 4-5. 21-22. 25 y 27 (R.: Cf. 2a)

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: "Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades."» R.
Encontré a David mi siervo y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él y mi brazo lo haga valeroso. R.

Mi felicidad y misericordia lo acompañarán, por mi nombre crecerá su poder. Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» R.

SEGUNDA LECTURA

A pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer

Lectura de la carta a los Hebreos 
(5, 1-10)

Hermanos: El Sumo Sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. El puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.

Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de Sumo Sacerdote, sino Aquél que le dijo: «Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy», o como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres Sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios Sumo Sacerdote, según el rito de Melquisedec.

ALELUYA o bien
VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO
(Jn 10, 11)

Yo soy el buen Pastor -dice el Señor. El buen pastor da la vida por las ovejas.

EVANGELIO

Que sean uno, como nosotros

+ Lectura del santo evangelio según san Juan 
(17, 11b. 17-23)

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: – «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad.

Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad. no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.»

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

La abundancia de tu amor nos ayude, Señor, y por estos dones que humildemente te ofrecemos, alegra a tu Iglesia con el don de un pastor según tu corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
La Iglesia en camino hacia la unidad

En verdad es justo y necesario darte gracias, y cantarte un himno de gloria y de alabanza, Señor, Padre de infinita bondad.

Porque has reunido por medio del Evangelio de tu Hijo a los hombres de todo pueblo, lengua y nación, en una única Iglesia, y por ella, vivificada por la fuerza de tu Espíritu, no dejas de congregar a todos los hombres en la unidad.

Ella manifiesta la alianza de tu amor, ofrece incesantemente la gozosa esperanza del reino, y resplandece como signo de la fidelidad que nos prometiste para siempre en Jesucristo, Señor nuestro.

Por eso, con los ángeles del cielo y con toda la iglesia, te aclamamos en la tierra, diciendo a una sola voz:

PLEGARIA EUCARISTICA I POR DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS

La siguiente forma de esta Plegaria eucarística puede usarse convenientemente con los formularios de las Misas, por ejemplo, por la Iglesia, por el Papa, por el Obispo, para elegir a un Papa o a un Obispo, por el Concilio o Sínodo, por los sacerdotes, por el propio sacerdote, por los ministros de la Iglesia, en una reunión espiritual o pastoral.

CP
Santo eres en verdad y digno de gloria, Dios que amas a los hombres,
que siempre estás con ellos en el camino de la vida. Bendito es, en verdad, tu Hijo, que está presente en medio de nosotros cuando somos congregados por su amor, y como hizo en otro tiempo con sus discípulos, nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.

CC
Por eso te rogamos, Padre misericordioso, que envíes tu Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y vino, de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,  nuestro Señor.

Él mismo, la víspera de su Pasión, en la noche de la Última Cena, tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, te dio gracias y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR USTEDES Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

CP
Éste es el Misterio de la fe.

CC
Por eso, Padre Santo, al celebrar el memorial de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, a quien por su pasión y muerte en cruz llevaste a la gloria de la resurrección y lo sentaste a tu derecha, anunciamos la obra de tu amor, hasta que él venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de bendición.

Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que se hace presente el sacrificio pascual de Cristo que se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre en número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.

C1
Renueva, Señor, a tu Iglesia (que está en N.), con la luz del Evangelio. Consolida el vínculo de unidad entre los fieles y los pastores de tu pueblo, nuestro Obispo N.*, y todo el orden episcopal,
para que tu pueblo brille, en este mundo dividido por las discordias, como signo profético de unidad y de paz.

C2
Acuérdate de nuestros hermanos (N. y N.), que se durmieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste: admítelos a contemplar la luz de tu rostro y dales la plenitud de la vida en la resurrección.

Y, terminada nuestra peregrinación por este mundo, concédenos, también, llegar a la morada eterna donde viviremos siempre contigo y allí, con santa María, la Virgen Madre de Dios, con los apóstoles y los mártires, (con san N. santo del día o patrono) y en comunión con todos los santos, te alabaremos y te glorificaremos por Jesucristo, Señor nuestro.

CP o CC
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN  
(Cf. Jn 15, 16)

Dice el Señor: Yo los elegí y los destiné para que den fruto, y ese fruto sea duradero.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Renovados con el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, sacramento de salvación te pedimos, Padre, por tu bondad, que alegres a tu pueblo con un pastor que lo instruya con sus virtudes y lo ilumine con el Evangelio de la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.