17 diciembre 2024

Bula de Nombramiento - Arzobispo de San José


BENEDICTVS, EPISCOPVS,
SERVVS SERVORVM DEI


Al dilecto hijo Monseñor Ángel, Cardenal Castillo, hasta ahora Rector del Pontificio Seminario Mayor Romano, elegido Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de San José, saludo, paz y bendición apostólica.

El divino Pastor, Jesucristo nuestro Señor, entregó a su Iglesia el mandato de apacentar a su grey y la gracia de guiarla por caminos de justicia y santidad. Como testimonio de su amor providente, instituyó pastores que, como dispensadores de los misterios de Dios, edifican la Iglesia sobre el fundamento de los Apóstoles, según su mandamiento: “Pastoread el rebaño de Dios que os ha sido confiado, velando por él, no por la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere” (1 Pe 5,2).

La Arquidiócesis de San José, que goza de una rica historia de fe y santidad, se encuentra ahora en necesidad de un nuevo pastor que, con sabiduría y fortaleza, conduzca al pueblo de Dios hacia una renovada vitalidad pastoral. Después de un atento discernimiento y consulta con la Nunciatura Apostólica y la Congregación para los Obispos, hemos considerado que tú, querido hijo, eres especialmente idóneo para asumir esta misión. Tus cualidades pastorales, tu dedicación a la formación del clero y tu celo por la evangelización han sido manifiestos en el ejercicio de tus anteriores responsabilidades eclesiásticas.

Por tanto, en virtud de nuestra autoridad apostólica, te NOMBRAMOS Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de San José, con todos los derechos y deberes inherentes a este oficio. Como Sucesor de los Apóstoles, deberás custodiar con diligencia el depósito de la fe, promover la unidad, y ser para los fieles de la Arquidiócesis signo vivo de Cristo, el Buen Pastor.

Recordando las palabras del Concilio Vaticano II, te exhortamos: “Los obispos deben manifestar siempre con su vida y su ministerio que son para la Iglesia signo y fuente de unidad” (Christus Dominus, 11). En tu nueva misión, fomenta las vocaciones sacerdotales y religiosas, anima la participación activa de todos, y trabaja incansablemente por la justicia y la paz en medio de tu comunidad.

Exhortamos asimismo al pueblo de Dios de la Arquidiócesis de San José a recibirte con corazón abierto y filial, reconociendo en ti al pastor que el Señor les ha confiado. Que todos los fieles, unidos a su pastor, perseveren en la construcción de una Iglesia viva, orante y misionera.

Confiamos tu ministerio y el camino de toda la Arquidiócesis de San José a la maternal intercesión de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fatima, y al patrocinio de San José, su celestial protector. Que también te acompañen los santos apóstoles Pedro y Pablo y todos los santos que desde los cielos interceden por la Iglesia peregrina.

Dado en la Ciudad Apostólica de Roma, en Letrán, a los dieciocho días del mes de diciembre del año del Señor de dos mil veinticuatro, primero de nuestro pontificado.

 Benedictus Pp
Pontifex Maximvs

Et ego,

 Mons. Pablo Kynast
        Nuncio Apostólico