
SACRO CONCÍLIO PAULINO
SEGUNDA CONGREGACIÓN GENERAL
AMBITO LITÚRGICO
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A los dos días del mes de diciembre del año dos mil veinticuatro, a las diecinueve y treinta horas, se reunieron los Padres Conciliares, fieles a la sana doctrina, en la inefable búsqueda de comprender la misión digital y expandir la evangelización sin perder de vista de ninguna manera los santos dogmas de fe proclamados por el Sagrado Magisterio, para la segunda Congregación General del Concilio Paulino, en la cual se abordó el ámbito litúrgico.
Después de los ritos iniciales y el solemne canto del Veni Creator Spiritus, Mons. Ángel Castillo ofreció una reflexión inspirada en un pasaje del Evangelio. A continuación, se dio inicio a los temas de la congregación, centrados en: la Institución y Naturaleza de la Eucaristía, las Homilías, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia de la Eucaristía.
Primer Tema: Institución y Naturaleza de la Eucaristía
Mons. Nahim Ruiz, en representación de la Comisión para el Ámbito Litúrgico, presentó la introducción al primer tema.
Mons. Jesus Ortiz omitió el uso de la palabra.
Tomó la palabra en primera instancia Mons. Angel Castillo: La Eucaristía, en su aplicación a través del entorno digital, puede ser utilizada como un método pedagógico y catequético para profundizar en su comprensión. Las plataformas digitales permiten resaltar el misterio y la comunión con Cristo de manera novedosa, ofreciendo a las personas una experiencia enriquecedora. Estas herramientas pueden convertirse en un medio valioso para transmitir los significados profundos de la Eucaristía, permitiendo que el mensaje alcance a más personas y fomente una comprensión más clara y espiritual de lo que representa este sacramento en la realidad cotidiana.
Continuó Mons. Kevin Miranda: Siguiendo el planteamiento de Monseñor Ángel, considero que es fundamental vincular esta reflexión con el derecho canónico, ya que este nos guía en la calidad y la forma de la celebración eucarística. A lo largo de mi experiencia pastoral, he encontrado personas que, a pesar de asistir a misa durante años, no comprenden plenamente algunas partes de la liturgia. Me han preguntado: "¿Qué debo responder en ciertos momentos de la misa?" Esto pone de manifiesto la necesidad de una catequesis clara y accesible. Por ello, el entorno digital ofrece una oportunidad extraordinaria para enseñar no solo qué responder, sino también para reflexionar en profundidad sobre la liturgia de la palabra, iluminando a otros a través de la enseñanza de la Iglesia y de los Padres de la Iglesia. La Eucaristía, comprendida y vivida correctamente, fortalece nuestra fe y nuestra capacidad de ser testigos del Evangelio.
Tomó entonces la palabra Mons. Nahim Ruiz: La Eucaristía es un sacramento universal, instituido por un Rey universal, que no excluye a ningún miembro de la Iglesia y que, hoy en día, se expande incluso en los espacios virtuales. Este hecho debe ser destacado, especialmente en la comunión con la Iglesia y con el Papa Francisco, fomentando un enfoque catequético sólido. Es importante infundir en nuestra Comunidad que no solo aumenten el número de miembros, sino que también fortalezcan la formación catequética, transformándose en verdaderos “oasis” donde los jóvenes puedan aprender lo básico, crecer en su fe y experimentar un desarrollo mutuo. Además, es fundamental recalcar el respeto y el cuidado por los sacramentos, para que estos actos no se perciban como desafíos al poder de la Iglesia, sino como un memorial auténtico de lo que se celebra en la vida real.
Segundo Tema: Las Homilías
Mons. Nahim Ruiz, en representación de la Comisión para el Ámbito Litúrgico, presentó la introducción al segundo tema.
Mons. Ángel Castillo tomo el uso de la palabra y señaló que las homilías no son simplemente una explicación de la Palabra, sino que deben transformarse en un alimento para el alma. Destacó la importancia de evitar el uso excesivo de herramientas que puedan desviar el mensaje central. Citando una frase de San Agustín, subrayó que la homilía debe ser un acercamiento directo y profundo a las lecturas. Propuso que las homilías se proclamen siempre, incluso ante una audiencia pequeña, y enfatizó la necesidad de utilizar la tecnología como medio para transmitirlas a la asamblea, ampliando así su alcance y eficacia.
Continuó con el uso de la palabra Mons. Kevin Miranda: Propongo que analicemos, desde el derecho canónico, la obligatoriedad de la homilía en todo tipo de celebración eucarística, para clarificar su relevancia y asegurar su práctica adecuada.
Siguió Mons. Nahim Ruiz; La homilía es un componente esencial de la liturgia, basada en la proclamación de los textos sagrados. Es fundamental que su realización no sea por mero exhibicionismo o por apariencia, sino como un proceso de discernimiento genuino. El contenido debe ser reflexionado y no simplemente tomado de fuentes externas como internet. Aunque el uso de recursos digitales no es negativo, lo importante es que el mensaje esté profundamente enraizado en las Escrituras. Esto debe mantenerse, independientemente del número de fieles presentes, ya que la homilía tiene la misión de fortalecer tanto a la comunidad como al celebrante.
Tomó la palabra Mons. Junior Gamboa: Desde mi punto de vista, la preparación es indispensable. Las homilías no deben ser una improvisación; es necesario que reflejen la enseñanza genuina de la palabra de Dios. La responsabilidad que conlleva compartir la palabra exige una preparación cuidadosa para garantizar que el mensaje sea claro, fiel y enriquecedor.
Intervino Mons. Jesus Ortiz: La homilía es una de las partes más importantes de la misa, ya que es el momento en que se reflexiona sobre las lecturas y el evangelio. En mi opinión, debe ser fiel al mensaje bíblico y no una interpretación personal. Considero que es esencial abandonar la dependencia de herramientas como la inteligencia artificial para elaborar homilías y enfocarnos en una reflexión personal profunda, asegurando así que el mensaje sea auténtico y respetuoso con el espíritu litúrgico.
Mons. Angel Castillo volvió a tomar la palabra: La homilía es un acto litúrgico que tiene su fundamento teológico en la proclamación viva de la palabra de Dios. Según el Código de Derecho Canónico y el Instrucción General del Misal Romano (IGMR), es obligatoria en las misas dominicales y de precepto. El pastor, al predicar, se alimenta a sí mismo al mismo tiempo que alimenta a su comunidad. En las misas feriales, el silencio personal puede sustituir la homilía, lo cual no debe interpretarse como una omisión, sino como una oportunidad para una conexión más profunda con Dios. Proponemos mantener la homilía en las celebraciones dominicales, incluso con mínima asistencia, como un acto de reflexión fiel y personal. Entre semana, si se desea omitir, el silencio puede ofrecer un espacio de encuentro con la palabra proclamada, respetando siempre la finalidad última de cada acto litúrgico: el encuentro personal con Cristo.
Tercer Tema: La Liturgia de la Palabra
Mons. Nahim Ruiz, en representación de la Comisión para el Ámbito Litúrgico, presentó la introducción al tercer tema.
Mons. Jesús Ortiz omitió el uso de la palabra.
Toma la palabra Mons. Ángel Castillo: La liturgia de la palabra es un acto de revelación divina, donde Cristo se comunica con nosotros a través de las Escrituras. Es crucial que, en este contexto digital, se mantenga la reverencia y el cuidado en su proclamación, garantizando que cada celebración sea una verdadera experiencia de encuentro con Cristo. Nuestra misión es guiar a la comunidad para que no solo escuchen la palabra, sino que la vivan e integren en su vida diaria, fortaleciendo su fe a través del encuentro continuo con el Cristo vivo.
Mons. Kevin Miranda omitió el uso de la palabra.
Continuó Mons. Nahim Ruiz: Las lecturas del día son el puente hacia la liturgia eucarística. No se puede profundizar en la Eucaristía si las lecturas no son las adecuadas o si se eluden las propuestas del Misal Romano. Las lecturas deben estar bien cimentadas para que el pueblo pueda entender y valorar plenamente la Eucaristía, permitiendo una comprensión más profunda de su significado y su relevancia en la vida cotidiana del cristiano.
Mons. Junior Gamboa omitió el uso de la palabra.
Cuarto Tema: La Liturgia de la Eucaristia
Mons. Nahim Ruiz, en representación de la Comisión para el Ámbito Litúrgico, presentó la introducción al cuarto tema.
Tomó la palabra Mons. Jesús Ortiz: La liturgia eucarística es uno de los momentos más significativos de la misa, pues es cuando se establece una conexión directa y profunda con Cristo. Por ello, debe llevarse a cabo con el máximo respeto y solemnidad. Considero que es fundamental mantener la dignidad y el orden establecido en esta parte de la celebración, siguiendo fielmente cada rito, ya que cualquier desviación podría afectar la experiencia espiritual de los fieles.
Continuó Mons. Ángel Castillo: La liturgia eucarística, especialmente en el contexto de nuestra comunidad digital, plantea desafíos únicos. Si bien no constituye un sacramento válido en el sentido estricto debido a la ausencia de los elementos esenciales para la consagración, esto no le resta valor como un acto significativo de fe. Estos encuentros virtuales nos permiten compartir la fe, especialmente entre los jóvenes, fomentando un espíritu comunitario y una vivencia más consciente del misterio eucarístico. Es esencial que, en estos espacios, se mantenga la reverencia propia del sacramento, recordando que la Eucaristía es el centro de nuestra vida cristiana, una conmemoración del sacrificio redentor de Cristo y una invitación a vivir en comunión con Él y con nuestros hermanos.
Hemos observado cómo en algunas comunidades se han omitido o alterado elementos esenciales de la plegaria eucarística, presentando estas celebraciones como si fueran válidas. Nosotros, sin embargo, debemos ser fieles testigos de la enseñanza de la Iglesia, asegurando que nuestras celebraciones virtuales mantengan la solemnidad y el respeto debido, sin caer en superficialidades ni interpretaciones erróneas. Debemos ser claros al explicar que estas celebraciones no son sacramentos válidos, aunque merecen ser tratadas con respeto y dignidad, siempre orientadas a la glorificación de Dios y la edificación de su Iglesia.
Tomó la palabra Mons. Kevin Miranda: Quisiera subrayar lo mencionado por Monseñor Ángel. La Eucaristía es lo más sagrado que tenemos. Si no se respeta lo sagrado, corremos el riesgo de convertirlo en algo sacrílego. Lo que hacemos en el entorno digital no es una celebración sacramental válida, pero simula lo sagrado y, por tanto, debe ser tratado con el mismo respeto. Debemos evitar cualquier acción que trivialice este acto y asegurarnos de que todo lo que realizamos esté orientado hacia la glorificación de Dios.
Continuó con la palabra Mons. Nahim Ruiz: Es imperativo proteger y respetar la liturgia eucarística en todas nuestras actividades, entendiendo su profundo significado. La Eucaristía no es un invento moderno; su institución tiene raíces profundas que se remontan al Antiguo Testamento, donde ya se vislumbraba este sacramento en figuras como Melquisedec, quien ofreció pan y vino en acción de gracias. También recordemos el episodio del profeta Elías, quien fue sostenido durante 40 días por el pan que descendió del cielo. Estas prefiguraciones subrayan la trascendencia y la continuidad histórica de la Eucaristía, invitándonos a valorar y cuidar este sacramento como el centro de nuestra vida cristiana.
Es necesario que todos los fieles, especialmente aquellos que participan de manera habitual, comprendan plenamente el significado de la Eucaristía. La familiaridad no debe llevarnos a la indiferencia. La liturgia de la palabra, como se ha mencionado, es un puente esencial hacia la liturgia eucarística, y cualquier falta de respeto hacia ella es, en última instancia, una falta de respeto hacia Cristo mismo.
Conclusión General
La Eucaristía, la homilía, la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística forman un todo inseparable que debe ser comprendido, respetado y vivido con la mayor solemnidad y devoción. En el contexto digital, donde las celebraciones no son sacramentales, se nos presenta un desafío: mantener la esencia de la fe, garantizar que las personas comprendan la importancia de cada acto litúrgico y que cada encuentro, virtual o presencial, sea un verdadero reflejo del amor y la comunión con Cristo.
Estos espacios, cuando se manejan correctamente, no solo fortalecen nuestra fe, sino que también nos preparan para vivir de manera más plena los sacramentos en la vida real, con un corazón dispuesto y una comprensión más profunda de su significado. Que nuestras celebraciones sean siempre para la gloria de Dios y para el crecimiento espiritual de nuestra comunidad.
Finalmente, los presentes se dispusieron a concluir la asamblea. Se entonó el Padre Nuestro A continuación Mons. Angel Castillo dirigió una oración, se cantó el himno Alma Redemptoris Mater, marcando el cierre solemne del encuentro. Con este acto, la congregación fue concluida formalmente.
Nosotros, los relatores conciliares, redactamos esta acta como informe de la Segunda Congregación General, celebrada en la Basílica de San Pablo Extramuros, a los dos días del mes de diciembre del año del Señor dos mil veinticuatro.
+ Pbro. Cristhian Romero
Relator
+ Pbro. Sebastián Vargas
Relator